Desde la entrada del nuevo Coronavirus a diferentes países, Guatemala no fue la excepción, ya que, a esto el Presidente de la Republica Alejandro Giammattei, dicto nuevas restricciones para prevenir dicho virus. Por la poca circulación tanto de transportes, como de personas, hubo un impacto positivo en el medio ambiente.
A inicios de abril el sitio Web Nómada publicó una noticia hablando de dicho tema, recalcando que por primera vez en muchos años nos pudimos dar cuenta que como sociedad sí se puede contribuir a la buena calidad atmosférica. Ya que lamentablemente, tuvimos que llegar a estos extremo para darnos cuenta que, si podemos ayudar al medio ambiente, con cambiar las actividades que hacemos el día a día.
Ahora más que nunca la calidad del aire juega un papel fundamental para la salud pública, y es casi seguro que áreas con mala calidad atmosférica y en donde ya existen casos de COVID-19, tendrán mayor riesgo de complicaciones y de más propagación del virus. En este caso, lo único que se puede hacer es seguir las indicaciones de confinamiento y reducir la actividad en las calles. Es decir, quedarse en casa en la medida de lo posible.
Según Prensa Libre en Guatemala, en el último Censo Nacional del Instituto Nacional de Estadística, hay cerca de 15 millones de habitantes, quienes dependen de los bienes y servicios que provee la tierra por medio de la diversidad biológica como oxígeno, agua, alimentación, acceso a materias primas para actividades económicas, cultura y recreación. A esto hacen el llamado, ya que dándonos cuenta que el medio ambiente mejoró por el encierro de las personas, cuando regresemos, a nuestras actividades reflexionemos y actuemos por mejorar el medio ambiente.
Manuel Rodas
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