Guatemala afronta múltiples problemas, uno de ellos es el tema de las drogas, que ataca principalmente a la población juvenil, dejando como consecuencia la delincuencia, violencia, familias desintegradas y hasta la muerte.
Siempre se dice que la juventud es el presente de nuestro país, y aunque es la verdad, no se toma en cuenta como tal. Los jóvenes somos curiosos, nos gusta lo nuevo, lo atractivo lo brillante, algo que cualquier tipo de droga puede proporcionar.
La presión de grupo es un factor clave para que cualquier persona sea tentada a consumir un tipo de droga de acuerdo a su necesidad como tal.
En Guatemala, sobresalen algunas que los jóvenes consumen a diario, como lo es, la cocaína, el crack y la marihuana. Existen puntos específicos que se dedican a vender un solo tipo de droga y de muy fácil accesibilidad.
Cuando veo este tipo de problema social, mi única pregunta es ¿y los padres en dónde están? La base de la sociedad es la familia y de ahí depende los demás ámbitos. Si los padres pueden corregir, guiar por el buen camino a los niños y jóvenes, las drogas serían una pérdida de tiempo para ellos y lo reconocerían.
Los valores, el amor a la vida deberían ser inculcados en casa. Una mente ocupada, es un plus para que los jóvenes piensen menos en consumir drogas. El arte, el deporte y el apoyo intrafamiliar es importante para que los jóvenes exploten talentos y gustos en particular.
Algo que es de suma importancia, es la atención que se le debería de dar a cada joven, tomar en cuenta su opinión, sus intereses, su forma de ver la vida y que aprendan a amarla.
Jandiri Hernández
Periodista
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